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4 maneras de participar bien cuando se cancelan los servicios de la iglesia

03.18.20 | PRC Life

    El coronavirus ha demostrado ser problemático, pero no solo problemático como el niño que interrumpe la clase; problemático en el sentido de algo que la mayoría de las personas nunca ha experimentado. Para encontrar momentos similares en la sociedad, nuestra «memoria colectiva» tiene que regresar a la Segunda Guerra Mundial o a la gripe española de 1918. 

    Esto es algo completamente nuevo. 

    La iglesia Providence Road celebra su décimo aniversario este año, en realidad no es muy antigua; sin embargo, hasta ahora nunca hemos cancelado un servicio. Como muchas iglesias, nunca hemos dejado de reunirnos, hasta este domingo. Este domingo no nos vamos a reunir. Los CDC han indicado que no deben reunirse grupos mayores de 50 personas. El presidente Trump disminuyó ese número a 10. La lógica es obvia: es más peligroso que se reúnan 1000 personas que si se reúnen 500, y hay más peligro si se reúnen 500 que si se reúnen 100 personas, y la reunión de 100 es más peligrosa que la reunión de 10. 

    La intención de dicha petición es que como iglesia limitemos nuestras reuniones para poner freno a la propagación de este virus. Como iglesia estamos de acuerdo con la sabiduría de esta orientación. Bajo el espíritu de Romanos 13, que el Señor ha establecido gobiernos para nuestro bien y cuidado, y en el espíritu de amar a nuestro prójimo, es prudente suspender nuestras reuniones por un tiempo. 

    Pero ¿qué vamos a hacer?, creo que la mayoría supone que continuaremos con nuestros servicios en línea, y lo haremos, pero con ciertas modificaciones. 

    El domingo tendremos una reunión en vivo a través de Facebook, y quisiéramos que todos asistieran. Sin embargo, me gustaría que consideráramos cómo nos reunimos en línea. ¿Será que podemos hacer ciertas cosas para facilitar una mejor experiencia? 

    Con esto en mente, les comparto cuatro maneras de participar bien cuando nos reunamos en línea este domingo. 

    Lamenta la situación

    Es saludable recordar en este momento que una reunión en línea no es un servicio de iglesia. Es menos que un servicio de la iglesia. El Nuevo Testamento describe la iglesia como un grupo de creyentes reunidos. Si no estamos congregados, en realidad no estamos reunidos como iglesia. 

    El Señor en su propósito ha permitido esta situación del COVID-19 y es importante que no perdamos las lecciones que podemos aprender. Debemos lamentar que no podamos reunirnos. El no poder reunirnos debe provocar en nosotros cierto nivel de angustia. 

    Se le preguntó a Mark Dever, un pastor en Washington DC, cómo los cristianos deben responder a esta ausencia de reuniones. Él dijo que los cristianos debemos «sentir sed y luego orar para que Dios perfeccione este anhelo». 

    Este debe ser nuestro sentir. 

    Tal vez dentro de unas semanas, o un mes, o más, entenderemos las palabras del Salmo 122 de manera diferente: «Yo me alegré cuando me dijeron: ‘Vamos a la casa del Señor’».

    Prepara tu casa

    El pasado domingo yo me quedé en casa, estaba en cuarentena porque había viajado al extranjero. No estaba en la iglesia, aunque la iglesia estaba reunida. Preparé el televisor, descargué la aplicación y comencé a ver la transmisión. Pero había mucho ajetreo en mi casa. Había movimiento en la cocina, niños corriendo de un lado a otro, y cosas sin hacer. 

    Al reunirnos en línea, prepara tu casa por adelantado. Ten el café listo antes, acomoda tu lugar en el sofá, termina las labores en la cocina cuando llegue el momento (o déjalas para después) y luego siéntate junto a tu familia y participa. 

    El hogar es el maestro de las distracciones, no permitas que en este momento el hogar te distraiga e impida participar en el servicio en línea. 

    Sé agradecido

    La última vez que los cultos se cancelaron de este modo en los Estados Unidos fue en 1918 cuando la gripe española. La junta local de comisionados de salud aconsejó a las comunidades que cerraran y que todos los servicios de la iglesia fueron cancelados. Las iglesias respondieron reuniéndose al aire libre. Esto, por supuesto, no captaba la idea que la orden original implicaba. Muy pronto las reuniones al aire libre también fueron canceladas. La iglesia no se reunió por más de un mes. 

    En 2020 las cosas son diferentes. Tenemos medios para comunicarnos y reunirnos de una manera en que la iglesia de 1918 no tuvo. 

    Seamos agradecidos al Señor por la oportunidad de reunirnos a través de Facebook. 

    Canta y ora con nosotros 

    La naturaleza de estas reuniones en línea parece distante, y es lógico, no es igual que cuando la iglesia esta junta, reunida en un lugar. Pero el hecho de que no podamos reunirnos no significa que no debamos cantar y orar juntos.

    En estos momentos, canta como lo harías en un servicio de la iglesia, con tu familia. Y participa en la oración pastoral de la misma manera que lo harías cuando nos reunimos. Esta es una gran oportunidad para que cantes con tu familia, algo que quizá no tengas la costumbre de hacer. Y, es una manera de estar unidos en «un mismo espíritu» mientras esperamos reunirnos juntos otra vez.